- Algunas de las averías más comunes son fácilmente identificables por su sonido. El ruido que produce nuestro coche puede darnos pistas para anticiparnos a un problema mayor.
- Un buen mantenimiento preventivo y una visita a tiempo al taller es importantísimo a la hora de evitar averías más graves en el futuro.
Un buen mantenimiento preventivo debería prevenir problemas en los vehículos. Sin embargo, en ocasiones, estos se producen antes de que se pase por el taller. Por suerte, las averías más comunes suelen ir acompañadas de un ruido extraño y diferente a lo habitual. Saber reconocer esas señales evitará sufrir fallos más grandes y caros.

Cuáles son las averías más comunes y qué ruidos producen
Un vehículo está compuesto por miles de piezas diferentes. Piezas que rozan entre sí, actúan y se mueven de forma conjunta o independiente. Todas ellas desprenden sonidos, algunos de ellos audibles y otros no. Cuando todo funciona perfectamente se trata de una orquesta bien afinada, pero cuando algo empieza a fallar, la música desentona.
Sistema de frenos: Chirrido
Empezamos con la que posiblemente sea la avería más común. A la hora de frenar, los discos y las pastillas entran en contacto para producir fricción y así detener el vehículo. Por norma general no deberíamos sentir ese chillido, pero si lo notamos es que algo sucede en el conjunto de frenado. Lo más habitual es que se trate de una falta de lubricación de las pastillas, aunque también es posible que haya un fallo más importante que haya que revisar.
Correa de distribución: Chillido
Otro problema que se identifica al primer aviso. Si a la hora de circular, principalmente en aceleraciones, se percibe un chillido muy agudo es que la correa de distribución está patinando de los engranajes por un desgaste excesivo. No es un problema menor o algo que se vaya a corregir por sí mismo. Es importante cambiar la correa, porque de romperse el motor trabajará en vacío y quedará completamente inutilizado.
Amortiguadores: Traqueteo
El conjunto de suspensiones de un automóvil permite que las irregularidades de la carretera queden filtradas al habitáculo para reducir las oscilaciones de la carrocería y aumentar el confort. Un buen mantenimiento preventivo debería prevenir los problemas en la suspensión, pero si escuchamos un traqueteo seco cuando pisamos un bache o un badén significa que el amortiguador está dañado, que ha perdido aceite y que requiere ser sustituido inmediatamente.
Dirección: Crujidos
Dentro del catálogo de las averías más comunes, encontramos los fallos originados en el sistema de dirección del vehículo. Son problemas de carácter grave ya que reducen la maniobrabilidad del vehículo y la seguridad. Un crujido a la hora de girar nos hace darnos cuenta de que hay un fallo en el sistema; principalmente se corresponde con la bomba hidráulica de la dirección o por el desgaste de algunos de los componentes auxiliares.
Embrague: Sonido seco
El embrague es el disco que se inserta entre el volante de inercia del motor y la caja de cambios. Gracias a él es posible cambiar de marchas. Cuando se pisa el embrague se produce un desacople de la transmisión y el motor, y cuando se suelta se vuelve a producir esa unión. Si a la hora de soltar el embrague notamos un ruido seco y corto significa que alguno de los elementos del embrague está defectuoso con excesivo desgaste. Un uso prolongado en estas situaciones puede provocar daños significativos en la transmisión.
Válvulas: Golpeteo mecánico
El motor de un vehículo es una herramienta de extrema precisión. La sincronización es esencial para su correcto funcionamiento. Muchas averías comunes se generan por una descompensación en el funcionamiento del motor. Si a la hora de circular se nota un ligero golpeteo metálico, más rápido si se acelera, es que el pistón está golpeando las válvulas. Ese golpeteo metálico es sinónimo de un fallo importante en la unidad propulsora, y por lo tanto se debe acudir a un taller para realizar un mantenimiento del coche.
Escape: Petardeo
El sistema de escape de un vehículo sirve para expulsar los gases generados en la combustión de combustible. Estos gases son dirigidos a través de los colectores, el catalizador y las salidas de escape al exterior. Si en el momento de acelerar se percibe un petardeo o pequeñas detonaciones significa que en algún punto de la cadena se ha producido el fallo en una junta. Debe ser revisado y comprobado ya que el coche perderá rendimiento y resultará rechazado en las revisiones periódicas obligatorias.
Carrocería: Roces
Algunas de las averías más comunes de un vehículo están relacionadas con su carrocería. La capa protectora no solo nos aísla del exterior, sino que también está presente para absorber impactos y sujetar algunos elementos estructurales esenciales. Un problema en la carrocería, como un paragolpes descolgado, se deja notar mediante un ruido corriente de rozadura, ya sea con el asfalto o con otros componentes de la carrocería.
Un buen mantenimiento preventivo evita el tener fallos en el futuro. Todos los vehículos del parque automovilístico deben cumplir con sus indicaciones correspondientes de revisión. En ellas se solucionan problemas y se previenen las averías más comunes. Muchas de ellas son identificables por su sonido, aunque otras sobrevienen sin avisar.