¿Cuál es la función del alumbrado como elemento de seguridad activa?

  • La seguridad activa es una parte fundamental de los automóviles. Esta tecnología ayuda a mejorar la eficacia y la estabilidad del vehículo durante la marcha, así como a prevenir las posibilidades de accidente.
  • El alumbrado es un sistema de seguridad activa del vehículo y, como tal, ha evolucionado mucho en los últimos años gracias al avance de la tecnología. Su correcto mantenimiento garantiza la seguridad vial.

La seguridad activa es el conjunto de sistemas de nuestro vehículo que ayudan a prevenir un accidente, incluso en las situaciones más comprometidas. Cuando pensamos en ella, habitualmente nos vienen a la cabeza novedosos sistemas con amplias capacidades de actuación y, sobre todo, siglas, muchas siglas: ABS, TCS, ESP…  Sin embargo, pasamos por alto otros componentes más evidentes. ¿Sabías que el alumbrado es un sistema de seguridad activa del vehículo?

Actualmente, los fabricantes de automóviles ponen cada vez mayor énfasis en reducir la siniestralidad en la carretera mejorando los sistemas de seguridad de los vehículos. Esto da lugar a avanzados sistemas ADAS, pero también a sistemas de iluminación cada vez más avanzados. Desde los años setenta, los distintos tipos de iluminación en el vehículo han evolucionado en gran manera, y la calidad y funcionamiento de este componente de automoción es fundamental para garantizar la seguridad vial.

Mantenimiento alumbrado, un sistema de seguridad activa
El alumbrado es un sistema de seguridad activa de tu vehículo muy importante en condiciones de baja visibilidad, mantenlo siempre a punto.

El alumbrado como sistema de seguridad activa

Los sistemas de seguridad activa de un vehículo son todos esos elementos que evitan que se produzca un siniestro. Dicho de otra forma, actúan antes de que se produzca el accidente. Hoy día se habla mucho de los sistemas ADAS de los automóviles, pero hace mucho tiempo que nuestros vehículos equipan importantes sistemas de seguridad activa más sencillos.

Claro ejemplo de ello son los neumáticos, la dirección, los frenos o la iluminación. Al igual que otras tecnologías de automoción, los sistemas de alumbrado también han mejorado mucho con el paso de los años. Desde los antiguos faros halógenos hasta los actuales LED, encontramos un salto cualitativo muy importante.

Y, desde luego, no es para menos, pues los problemas de visibilidad son uno de los principales riesgos en carretera. Una iluminación adecuada en el vehículo es primordial para poder circular con mayor seguridad en situaciones de baja visibilidad, como los atardeceres, los amaneceres, la conducción nocturna o las condiciones climatológicas adversas.

El alumbrado es un sistema de seguridad activa porque nos permite ver y ser vistos. Además de ofrecernos una mayor visibilidad cuando esta no es buena, nos ayuda a comunicarnos con el resto de los usuarios de la vía, ya sea para identificarnos o para informar de nuestros movimientos. Gracias a ello, es posible reducir el tiempo de reacción ante los imprevistos y también tomar mejores decisiones al volante.

Dada su importancia, es fundamental llevar a cabo un correcto mantenimiento del sistema de alumbrado y señalización del vehículo. Según señala AECA-ITV, más del 25% de los fallos graves hallados en las estaciones de la ITV responden al sistema de alumbrado y señalización de los automóviles. De igual forma, la DGT apunta a fallos en el sistema de alumbrado como causa de un gran porcentaje de siniestros.

¿Qué luces componen el sistema de alumbrado de un vehículo?

El alumbrado de un vehículo está formado por diferentes conjuntos de luces:

Luz de cruce

Alumbra por delante del vehículo sin deslumbrar y es la que utilizamos de noche o con malas condiciones de luz en todas las vías.

Luz de carretera

Se utiliza de noche, fuera de poblado, cuando las condiciones de luz son muy pobres.

Luces de posición

Sirven para indicar al resto de los usuarios nuestra presencia y la anchura de nuestro vehículo.

DLR o luces de circulación diurna

Se encienden automáticamente al arrancar e indican la presencia del vehículo. Intermitentes

Se utilizan para indicar la dirección que queremos seguir; o señalizar algún tipo de peligro si activamos los cuatro.

Luces antiniebla

Las delanteras, más bajas, anchas y no obligatorias, son un refuerzo luminoso para condiciones climáticas desfavorables y en carreteras mal iluminadas, estrechas y con curvas sucesivas. Las traseras son obligatorias e indican la situación del vehículo en tramos con mala visibilidad.

Luz de marcha atrás

Señaliza esta maniobra.

Asimismo, la tecnología de iluminación puede ser de varios tipos:

  • Halógena: la bombilla se ubica sobre una parábola reflectante que da forma al haz de luz y potencia su luminosidad. Consumen más y tienen una vida útil limitada.
  • Xenón (descarga de alta intensidad): dan una luz más clara y de superior luminosidad que los halógenos. Además, tiene menor consumo y mayor vida útil.
  • LED: son las más habituales en la actualidad en la mayoría de las funciones de alumbrado. Ofrecen elevada luminosidad, permiten diversos diseños, tienen un bajo consumo energético y una vida útil de unas 10.000 horas.
  • Láser: la última evolución del alumbrado principal destaca por tener el cuádruple de intensidad lumínica que la luz LED. Brindan un mayor alcance visual y consumen menos que los LED, aumentando su vida útil.

Ahora que ya sabes que el alumbrado es un sistema de seguridad activa muy importante en tu vehículo, préstale la atención que se merece. Un adecuado mantenimiento responsable de la iluminación, con recambios de primera calidad, es fundamental para garantizar la seguridad vial en condiciones de baja visibilidad.

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