La innovación, palanca clave de los proveedores de automoción

Cecilia Medina Marín

Gerente de Innovación y Talento de SERNAUTO / Coordinadora de la Plataforma Tecnológica M2F

Si hay algo que describa a la industria de automoción es la TECNOLOGÍA y la INNOVACIÓN. Está en su ADN y así lo demuestra como primer inversor en I+D de Europa y segundo de España, solo por detrás del sector farmacéutico. Ha sido su herramienta de adaptación a los distintos cambios a lo largo de su historia… Su palanca de transformación en producto y proceso.

El sector de automoción es uno de los pilares estratégicos de la economía española. En su conjunto (la fabricación de componentes y vehículos y su distribución, reparación y mantenimiento) representa el 10% del PIB y da empleo a casi 2 millones de personas. Para ponerlo en contexto europeo… Hay unas 320 plantas de fabricación de vehículos en Europa de las que solo 17 están establecidas en España. Sin embargo, somos muy eficientes. Mientras que la media de fabricación europea es de 5 vehículos por trabajador, un trabajador español fabrica 13 vehículos. Esta es una de las razones por las que somos el segundo productor de vehículos de Europa y el noveno en el mundo. Pero otra razón importante es la fuerte industria de proveedores con la que contamos en España, que ha invertido de media en I+D+i el 4% de su facturación en los últimos años, lo que supone el triple de la media industrial española. Y no podría ser de otra manera, ya que es responsable del 75% del valor total del vehículo. No contamos con una marca de coches nacional, pero sí con más de 1000 empresas proveedoras de todos los tamaños, geográficamente distribuidas y operando en 170 países. Además, cuentan con un ecosistema de innovación en la que encontramos centros tecnológicos especializados e ingenierías que las apoyan en el desarrollo de tecnología made in Spain.

La situación que estamos viviendo en el sector se ha denominado de “tormenta perfecta”. Venimos de 2020 donde la pandemia nos hizo focalizar nuestros esfuerzos en la protección de los trabajadores, la liquidez, la reducción de costes y la flexibilidad de la producción para asegurar la supervivencia del sector a largo plazo, y después, las operaciones de parada y arranque de la producción se ha convertido en parte de la nueva normalidad debido a la inestabilidad global, la falta de materias primas, la reducción de márgenes debido a los elevados costes energéticos y logísticos y también provocado por la reducción de volúmenes, ya que se ha reducido la producción de vehículos a nivel mundial tanto por la falta de componentes críticos, como los famosos microchips, como por la falta de demanda dada la situación de incertidumbre que hemos trasladado al usuario final y que hace que se decida por la compra de vehículos de segunda mano, con la consecuente subida de la edad media del parque.

Antes de la pandemia, el sector ya estaba envuelto en su mayor transformación tecnológica, relacionada con la propulsión eléctrica, la digitalización o la movilidad conectada y automatizada como grandes tecnologías disruptivas que están penetrando y cambiando la manera de entender la movilidad a nivel mundial. Y también a nivel industrial, para poder mantener su posición competitiva en la cadena de valor de los nuevos vehículos electrificados, conectados y automatizados… Pero la situación económica actual limita las capacidades de inversión de las empresas, al mismo tiempo que existe una gran presión para cumplir con los objetivos de sostenibilidad y digitalización.

En España contamos con la Plataforma Tecnológica Española de Automoción y Movilidad – M2F como foro de encuentro del ecosistema de innovación en el que participan todo tipo de entidades relacionadas con el Sector y desde el que se trabaja en dos sentidos principalmente:

  • desarrollar una estrategia de I+D+i que sirve de guía para el trabajo del sector y también como recomendación para las AAPP;
  • y potenciar y dar a conocer las capacidades existentes en España para atraer nuevos proyectos e inversiones industriales y tecnológicas.

Actualmente estamos en un momento de reflexión, en el último paso para hacer una restructuración de nuestra Agenda de Prioridades Estratégicas en base a 6 áreas técnicas sobre sistemas de propulsión eléctrica, combustibles bajos en carbono, movilidad conectada y automatizada, espacio interior, estructuras flexibles y sostenibles, e industria inteligente; y 3 horizontales: sostenibilidad y economía circular, gestión de la movilidad y el talento, tan importante para poder hacer frente al resto de los retos y que se ha convertido en un desafío en sí mismo… Esta transformación tecnológica está incidiendo, en consecuencia, en la búsqueda de nuevas figuras profesionales, nuevas competencias y un incremento de la mejora y reconversión profesional.

Las empresas y el resto del ecosistema han demostrado su resiliencia y capacidad de adaptación. Están haciendo lo que tienen que hacer, establecer un camino común con una apuesta clara por la innovación y el conocimiento, manteniendo el ritmo de inversiones para seguir siendo competitivos y mantenerse a la vanguardia tecnológica. Y desde la perspectiva de la oportunidad que la transición ecológica y digital ofrece para relocalizar fases productivas estratégicas por temas de costes y criterios de sostenibilidad y ganando en autonomía, en generación de empleo de calidad y en atractivo para nuevos proyectos internacionales.

Pero también es importante contar con una estrategia-país de colaboración público-privada, que incluya líneas de financiación que estén alineadas con las necesidades reales del Sector, y una normativa que aplique la lógica, teniendo en cuenta todos los factores que no solo influyen en la descarbonización real del planeta sino en la competitividad de los países y en el bienestar de la sociedad en la que vivimos.

Artículo publicado en: Revista CALIDAD (AEC) – Edición Innovación

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