El sector automovilístico entra en crisis ante el desabastecimiento de microchips

Inés Ardaiz

Estudiante del doble grado de Periodismo y Comunicación Audiovisual en la Universidad Francisco de Vitoria

El confinamiento tras la llegada del Covid-19 supuso una paralización a nivel mundial.

Las fábricas y sus trabajadores tuvieron un parón de un mes y medio. El confinamiento en casa supuso la subida de la compra de dispositivos electrónicos y la bajada del uso y venta de automóviles. Poco a poco, la electrónica fue ocupando el hueco que el sector de la automoción fue dejando. China, Taiwán, EEUU, Holanda y la pandemia, han supuesto el eje central de esta crisis.

La falta de microchips y el orden de prioridad a la hora de venderlos a distintos sectores, no han sido los únicos problemas. Cristina San Martín, directora de Coordinación, Proyectos y Servicios de Sernauto (Asociación Española de Proveedores de Automoción), ha llamado a la crisis como “la tormenta perfecta”. El desabastecimiento de microchips y de las materias primas, el encarecimiento de estas últimas y la subida de los costes logísticos y energéticos, ha sido la “combinación perfecta” para crear la crisis que “estamos viviendo actualmente” comentaba.

Rafael Alférez, director de marketing de KIA España, puntualizaba que “en el fondo, semiconductores fabrican cuatro o cinco empresas del mundo, no más”.

ASML, una de las llaves de la fabricación mundial de semiconductores

ASML, una empresa holandesa que ensambla las máquinas de estos microchips, supone a día de hoy una de llaves de la fabricación mundial de semiconductores. Es la única fábrica que produce la última y la más precisa generación de maquinaria para semiconductores.

El nivel de pedidos a los que ha llegado ha sido “brutal”, comentaba la directora de Sernauto y añadía que “no ha tenido la capacidad de responder tan rápido”.

Con el comienzo de la crisis en el sector automovilístico, la UGT ha estimado que el sector en España ha perdido 200.000 empleados de manera eventual y 15.000 empleados de forma indefinida desde el comienzo de la pandemia.

Según el informe Anual de ANFAC (Asociación Española de Fabricantes de Automóviles y Camiones), la facturación ha quedado reducida en un 12,8% respecto al año anterior y ha sufrido una caída del resultado neto del 78,8%. Es decir, pérdidas de 189,8 millones de euros.

El director de marketing de Kia España comentaba que ellos venden coches y que durante el confinamiento “la gente no se movía” y añadía que luego tuvieron un “boom” porque la gente “no quería coger transporte público” y vendieron “como no han vendido en la vida”.

La planta de Seat en Barcelona, la de Opel en Zaragoza, la de Ford en Valencia o marcas como Mercedes-Benz o Renault, han sido alguno de los muchos casos afectados por esta crisis. Kia ha sido un ejemplo de las empresas menos afectadas por este desabasteciemiento. La marca coreana proviene de un gran grupo industrial, Kia-Hyundai. “Nosotros tenemos nuestros propios barcos, fabricamos nuestro acero y nuestros propios microchips”.

Soluciones propuestas

Cristina San Martín comentaba que a Sernauto le ha ido muy bien y que ha hecho 28 nuevos asociados. “Cuando más se valora el trabajo que hacemos es en periodo de crisis”.

Belén García-Noblejas, profesora en la UFV y especialista en Asia comentaba como solución la construcción de infraestructuras de negocio que “te permiten ser independiente de potencias extranjeras”. UGT FICA manifestaba a través de su canal de transparencia que “esto requiere de políticas de largo alcance”. Sin embargo, Alférez aclaraba que los holandeses “no te van a poder fabricar una máquina de 150 millones de euros ya que tardarían dos o tres años” y añadía que cuidar al cliente y adelantar la recompra de los coches de las alquiladoras “son las soluciones más ingeniosas”.

Consecuencias de la crisis de desabastecimiento

Con la subida de los precios y el retraso de entrega de los coches, los vehículos de ocasión y el renting han sido hasta ahora la alternativa más utilizada. “Para mi es una solución, no es ninguna competencia.

Es una modalidad más para disfrutar el coche” aclaraba Rafael. “Europa ya ha empezado a ponerse las pilas” comentaba Cristina.

Bruselas ya ha anunciado una ley europea de chips donde el objetivo es que en 2030 Europa produzca el
20% de semiconductores frente al 10%
que produce actualmente y que deje así de depender de Asia y EEUU.

La especialista en Asia comentaba que esta situación era algo “inevitable”. “Hemos querido poner las fábricas en Asia porque es más barato, es una situación esperada ya que es parte de la cadena de producción que nosotros hemos creado”. La directiva de Sernauto añadía que esto era “algo con lo que el sector tiene que convivir”.

Problema entre China, Taiwán y EEUU


Belen García-Noblejas ha aclarado que China es un intermediario muy importante y un gran productor de microchips. “Taiwán es el principal productor de semiconductores del mundo y, de acuerdo con China, la isla es parte de Mainland China”.

Entre el siglo XIX y principios del siglo XX, la isla de Taiwán estaba bajo la soberanía de la dinastía china Qing. Japón, a través del tratado de Shimonoseki en 1895, ocupó la isla de Taiwán.

En 1927 llegó la Guerra Civil China, entre el Partido Comunista y el Partido Nacionalista, también conocido como el Kuomintang. En mitad de la guerra, Japón interrumpió ya que “el imperialismo japonés estaba en su máxima expansión”.

El Partido Comunista y el Kuomintang se unieron para echarles. Entre medias llegó la Segunda Guerra Mundial, Japón perdió y la isla quedó “en el aire”. Al final de la Guerra Civil China en 1949, el Kuomintang perdió y se exilió a Taiwán, una isla que en aquel momento no estaba bajo la soberanía de nadie. Belén García-Noblejas: “Desde entonces defienden que la verdadera China es Taiwán, conocida como la República China y no la República Popular China, que es la del Partido Comunista”.

La isla está bajo un sistema conocido como “un país, dos sistemas”. “De acuerdo con el Partido
Comunista, Taiwán es parte de China y no es discutible” afirmaba. “Taiwán no es 100% parte de China pero tampoco es 100% independiente. El Partido Comunista Chino lo considera parte suyo. Depende de la perspectiva con que lo veas” aclaraba la especialista en Asia.

Los semiconductores se producen en Taiwán y muchos de los productos tienen que pasar por
China para terminar de producirse. Taiwán Semiconductor Manufacturing Company (TSMC) es la principal fundición de semiconductores y la tercera compañía con más ventas, antecediéndole Intel y Samsung.

Taiwán “puede llegar a ser un arma” para EEUU, comentaba. La isla garantiza a los EEUU una provisión de microchips más segura pero China también depende de esos semiconductores. Además, EEUU defiende la independencia de Taiwán. Para China, la isla es como su “talón de aquiles” puntualizaba. El Partido Comunista “debe defender que China es fuerte y que está unida” comentaba y añadía que cuando EEUU se mete ahí “es una amenaza directa hacia China y hacia su integridad territorial”. “Es parte de la lucha entre China y EEUU”, concluía Belen García-Noblejas.

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