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Ago2019

Tribuna de Opinión: Neutralidad tecnológica y estrategia país para un futuro exitoso

Nos encontramos inmersos en una disrupción tecnológica sin precedentes que está transformando sectores enteros y la automoción, por su idiosincrasia, es uno de los principales afectados. 

Como responsables del 75% del valor de vehículo, los fabricantes de componentes son protagonistas indiscutibles de esta historia, pues están fabricando ya los componentes de los coches del futuro: electrificados, conectados y automatizados. Pero, a su vez, también hay que tener en cuenta el esfuerzo adicional que este tsunami está provocando para muchas pequeñas y medianas empresas.

España cuenta hoy con una red de proveedores sólida, innovadora y competitiva, conformada por más de 1.000 empresas, entre las que se encuentran grandes grupos industriales españoles con plantas en todo el mundo; multinacionales extranjeras con presencia en nuestro país; empresas de capitalización media y pymes. Todas ellas diseñan, desarrollan, fabrican y suministran equipos, componentes, sistemas y tecnologías para los fabricantes de vehículos y el mercado de recambios dentro y fuera de nuestras fronteras. 

Hace unas semanas, presentamos los datos de la industria española de componentes correspondientes a 2018, que vienen a confirmar todo lo que contribuyen los proveedores de automoción a la economía y sociedad españolas.

El sector de componentes facturó el año pasado 37.170 millones de euros, un 2,6% más que en 2017, lo que supone un crecimiento moderado con respecto a años anteriores. Ello ha sido posible gracias al esfuerzo exportador de los proveedores españoles, su incremento de competitividad y su firme objetivo de mantenerse a la vanguardia tecnológica.

Muestra de ello es su fuerte apuesta por la I+D+i. En 2018 el sector continuó invirtiendo el 4,2% de su facturación en esta partida (1.500 millones de euros), lo que es el triple que la media industrial. Pero ello no sería posible sin profesionales cualificados que desarrollen, investiguen e innoven.

El sector creó en 2018 más de 5.000 nuevos puestos de trabajo, alcanzando los 230.100 empleos directos y 372.800 empleos directos e indirectos. Y, lo que es más importante, se trata de un empleo estable, de calidad y repartido por toda la geografía (representa más de 10% del empleo industrial en varias Comunidades Autónomas). 

Si hay una partida destacada en las cifras de la industria de componentes de 2018 es la de las exportaciones, que alcanzó un nuevo récord: 21.415 millones de euros (un 7% más que en 2017), lo que representa el 57,6% de la facturación. Ello muestra claramente nuestro consolidado carácter exportador. Los componentes “made in Spain” están presentes en más de 170 países. Precisamente para apoyar esta expansión, SERNAUTO pone en marcha cada año Planes de Promoción Internacional en colaboración con ICEX España Exportación e Inversiones. En este sentido, con el ánimo de impulsar la marca ‘Componentes made in Spain’, desde SERNAUTO, hemos lanzado la plataforma digital ‘Autoparts from Spain’ llamada a aglutinar la oferta española de componentes con un marcado objetivo comercial internacional.

Este liderazgo internacional es fruto de más de seis décadas de experiencia en la integración de la cadena de valor, capacidad de adaptación y un fuerte compromiso con la diferenciación tecnológica. 

En 2018, de la facturación en el mercado nacional (15.755 millones de euros), 10.270 millones de euros correspondieron al suministro de equipos y componentes a los fabricantes de vehículos (-5,9%) y 5.485 millones de euros proceden del mercado de recambios (+3,2%).

Estas cifras, si bien continúan siendo positivas, son claro reflejo de las circunstancias que estamos atravesando. Las incertidumbres y tensiones comerciales en nuestros principales mercados hicieron que 2018 fuera un año duro para el sector, a lo que se le une la disrupción tecnológica de la que hablaba al comienzo. 

Según nuestras primeras estimaciones, en 2019 el sector de componentes mantendrá los niveles de facturación y empleo. Es verdad que las cifras alcanzadas en los últimos años son difíciles de superar, pero esta desaceleración, sin duda, nos preocupa puesto que es fruto de los cambios sociales, la incertidumbre y la confusión, lo que ha provocado una ralentización en la producción y matriculación de vehículos.

Para que la industria española de automoción pueda seguir ostentando liderazgo alcanzado, se hace preciso el apoyo de la Administración a este sector, a través de medidas concretas y reales, para poder llevar a cabo la transición tecnológica e industrial con éxito, con el firme propósito de continuar generando riqueza y empleo de calidad en este país.

Se hace cada vez más imprescindible una estrategia-país a largo plazo, con dotación presupuestaria suficiente, donde se tengan en cuenta no sólo los factores medioambientes, sino también los económicos y sociales. Una estrategia que permita abordar los desafíos que afronta el sector, apoyando el desarrollo industrial, su empleo y la competitividad en un entorno globalizado. Y, a su vez, que respete el principio de neutralidad tecnológica, es decir, que tenga en cuenta que todas las tecnologías son importantes para conseguir los objetivos de descarbonización bajo el criterio de eficiencia. Es necesario contar con un adecuado mix de tecnologías (eléctricos e híbridos, GLP/GNC/GNL, diésel y gasolina avanzados) para poder garantizar la movilidad de todas las personas y de mercancías.

Con colaboración, diálogo y trabajo conjunto estoy seguro de que podremos afrontar con más garantías de éxito los retos y salir reforzados de ello.

Tribuna publicada en la Revista Cuadernos de Neumáticos. 
 

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