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Mar2020

Artículo de fondo: África, oportunidades de negocio en sus economías emergentes

África no es ajena a la globalización en los procesos productivos, generando oportunidades en sus economías emergentes, gracias a su reorientación hacia la industrialización – destacando automoción-, el crecimiento de una clase media con capacidad de consumo y la generación de economías de escala que fomentan la diversificación productiva desde el Sudeste Asiático hacia este continente.

Desde el inicio de la década, el PIB de África ha registrado una tasa promedio de crecimiento del 4,6%. En relación con las economías de la región de África del Sur, se estima un crecimiento del 2,2% anual para el periodo 2020-21, destacando Sudáfrica, que representa el 63% del PIB de la región en términos de poder adquisitivo, y Angola, las dos economías más relevantes de esta zona. Por su parte, para las economías del Norte de África se estima que dicha tasa de crecimiento sea del 4,4% anual, impulsada por la industrialización de estos países, destacando Marruecos, Túnez y Egipto.

El auge del sector automoción en estos mercados, unido a los diversos procesos de integración regional y los acuerdos de libre comercio entre dichas economías y la UE, suponen una gran oportunidad para los proveedores de automoción en su diversificación geográfica.

Los acuerdos regionales de las economías del continente, tales como la SADC (Southern African Development Community), SACU (Southern African Customs Union) o el AfCTA (African Free Continental Trade Area), buscan impulsar las cadenas de suministro a nivel intrarregional, alcanzar un mercado común que fomente la industrialización y generar sinergias que permitan alcanzar tanto economías de escala como la diversificación productiva. 

La SADC es un área de libre comercio conformada por 15 economías del África subsahariana, que permite el acceso a un mercado de 352 millones de personas aproximadamente, y que dentro de su estrategia de industrialización prioriza entre sus sectores clave la automoción. El objetivo es un plan de desarrollo automotriz del África subsahariana, en torno a Sudáfrica, Nigeria, Kenia y Ghana. Así mismo, el AfCFTA impulsado por el compromiso de 49 países africanos, supondrá el acceso a un mercado de 1,29 billones de personas aproximadamente y un PIB de más de 2,3billones$, cuya finalidad sería generar un mercado común que fomente los intercambios comerciales, la eliminación de barreras arancelarias, la armonización de procedimientos y el impulso de las inversiones. 

Aunque las acciones gubernamentales varían según las regiones, existe una apuesta por adoptar nuevos modelos de negocio que permitan aprovechar la demanda interna y captar inversión directa extranjera. Un claro ejemplo de éxito de las políticas públicas acometidas en el continente para impulsar su industrialización y la colaboración con el sector privado es la industria automotriz en Sudáfrica y Marruecos, que ha logrado crear un entorno atractivo para los OEM globales y sus proveedores. 

Tanto Sudáfrica como Marruecos forman parte del grupo de países en los que el sector automoción se ha posicionado como clave en sus economías, en las que supuso, en 2018, el 6,8% y 7% respectivamente de su PIB y para el que han acometido planes específicos de impulso. En Sudáfrica se ha implantado el South African Automotive Masterplan Project (SAAMP), entre cuyos objetivos prioritarios están alcanzar una tasa de integración local del 60% para 2035 así como llegar a las 1.200.000 unidades producidas. Por su parte, Marruecos, dentro de su Plan Nacional de Aceleración Industrial (PAI), ha creado diversos ecosistemas para el sector, con el doble objetivo de lograr una tasa de integración local del 65% en 2020 y una producción de 1.000.000 de vehículos en 2021.

Conforme datos de OICA (Organización Internacional de Constructores de Automóviles), la producción de vehículos en África aumentó un 12,1% en 2018, con una cifra de 1.125.636 unidades, que representó una cuota de mercado del 1,2% en la producción global de vehículos. Dentro del continente, los principales mercados del sector automoción son Sudáfrica y las economías del Norte de África, en particular Marruecos que es el mayor fabricante de la región MEMA. 

Sudáfrica, con 610.854 unidades, es el mercado dominante, representando el 54,3% de la producción total de vehículos de África, seguido por Marruecos, con 402.085 unidades, Egipto, con 71.400 unidades, y Argelia con 70.597 unidades. Respecto a la producción de turismos, sin embargo, Marruecos, con 368.601 unidades en 2018, superó a Sudáfrica en esta rúbrica. 

En Sudáfrica están establecidos siete importantes OEM (BMW, Ford, Isuzu, Mercedes-Benz, Nissan, Toyota, VW), y 13 fabricantes de vehículo comercial ligero y pesado y autobuses (Irizar, Isuzu, Iveco, Man, Marcopolo, Scania, Tata, Volvo, etc..), focalizados en las regiones de Gauteng, Eastern Cape y KwaZulu-Natal. 

Marruecos cuenta con dos grandes fabricantes de vehículos, Renault, ubicado en Casablanca (SOMACA) y Tanger, planta de la que salieron más de 318.000 unidades en 2018, y Grupo PSA, que inauguró su planta en Kenitra en 2019, con el objetivo de alcanzar las 200.000 unidades en 2021.

El parque vehicular para África se ha estimado en torno a los 44,8 millones de unidades, principalmente concentrado en Sudáfrica, Magreb, Egipto y Nigeria, que representan el 66% del mismo. 

Respecto a las ventas de vehículos en África, en 2018, estas se situaron en 1.235.507 unidades, de las cuales 536.626 unidades se registraron en el mercado sudafricano (68% turismos), lideradas por Toyota (24,2%), Volkswagen (16,3%), Ford (10,5%), Nissan (10%) y Hyundai (6,5%). En el mercado marroquí las ventas registraron un incremento del 5,7% hasta las 177.359 unidades (92% turismos), lideradas por Renault (43,6%), Volkswagen (7,2%), Peugeout (6,9%) y Hyundai (6,1%). La estimación para los próximos 10 años es que las ventas de vehículos en este continente se incrementen hasta los dos millones de unidades anuales

La fuerte apuesta de Sudáfrica y Marruecos por el desarrollo de su industria automotriz incrementará las necesidades de su cadena de suministro tanto en términos de demanda de componentes como de inversión extranjera directa en la misma.
 

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