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Oct2020

Artículo de fondo. Panorama del sector de automoción en México. Retos ante los cambios del T-MEC

La industria automotriz mexicana está consolidada como una de las líderes en producción y exportación de vehículos a nivel mundial, siendo el 6º fabricante y 4º exportador de vehículos; a lo cual, hay que agregar su 5ª posición como productor mundial de componentes. Entre las claves de dicho éxito se encuentran factores tales como su posición estratégica, beneficiándose de su proximidad al mercado de Estados Unidos, su competitividad en costes y su nivel de productividad.

Su crecimiento se ha estructurado en torno al comercio exterior, en base a la demanda internacional y a la evolución de la industria en América del Norte, impulsada por la integración sus cadenas de valor, en gran medida gracias al NAFTA, que aceleró la transformación industrial del sector en México.

Su ecosistema está integrado por fabricantes de vehículos tales como Audi, BMW, BAIC, FCA, Ford, GM, Honda, JAC, Kia, Mazda, Nissan, Toyota o Volkswagen, por una extensa red de proveedores, cercana a los 1.500 y focalizado en los Estados de Aguascalientes, Nuevo León, Morelos, Guanajuato, San Luis Potosí, Coahuila, Puebla, Sonora, Estado de México, Jalisco y Baja California. Reflejo de su relevancia es que se haya convertido en un destino prioritario para la inversión extranjera directa.

En 2019, de sus plantas salieron 3,75 millones de vehículos, una caída del 4,1% respecto al periodo anterior, y sus exportaciones alcanzaron los 3,33 millones de unidades, un retroceso del 3,3%. Estas cifras ponen de manifiesto el impacto tanto de la contracción de la demanda internacional como del proceso de renegociación del Tratado de Libre Comercio con EE. UU. y Canadá. Ambos mercados absorben el 86% de la producción de vehículos y casi el 90% de la de componentes, reflejo del grado de integración de sus respectivas industrias automotrices en el comercio regional.

Para el periodo enero-agosto 2020, la producción acumulada de vehículos ligeros ha sido superior a los 1,7 millones de unidades, un 32,5% inferior al mismo periodo de 2019, que alcanzó los 2,6 millones de unidades. Los fabricantes con mayor representación, GM, Nissan y Chrysler, han registrado caídas de dos dígitos para este periodo del 24.5%, 34% y 36,3% respectivamente.

Respecto a las exportaciones, en el mismo periodo, con 1,5 millones de unidades, estas sufren una caída abrupta del 33,4% en comparación con las cifras del mismo periodo de 2019. Sus principales mercados destino: Estados Unidos, con una cuota del 81,7% de las mismas, seguido por Canadá con 6,3% de lo exportado y, en tercer lugar, Alemania con una cuota del 4%, 

Las ventas de vehículos ligeros en el mercado interno descendieron un 7.7% en 2019, con una cifra de 1,3 millones de unidades. Las marcas líderes fueron Nissan, GM, Volkswagen, Toyota y Kia.

De enero a agosto de 2020, se han vendido 586 mil unidades, una disminución del 31,4% respecto al mismo periodo de 2019, siendo Nissan, GM y Volkswagen las que han experimentado un mayor impacto, con contracciones del 31,5%,28,2% y 34,5% respectivamente.

En este contexto, marcado por el impacto de la pandemia sanitaria, la industria automotriz mexicana se enfrenta a los retos que traen consigo los nuevos requisitos para automoción del T-MEC, el acuerdo comercial entre México, Canadá y Estados Unidos, que sustituye al TLCAN, y que entró en vigor el 1 de julio de 2020. 

El T-MEC contiene nuevas reglas de origen para el trato arancelario preferencial para automoción, con porcentajes más elevados de valor de contenido regional, requisitos obligatorios para fabricar componentes esenciales en la región, porcentajes de compra de acero y aluminio, y de valor de contenido laboral. Sin embargo, el propio Tratado prevé un régimen de transición alternativo (RTA) que flexibilizará temporalmente la adaptación a los mismos. 

El contenido de valor regional se incrementa tanto para los vehículos como para los componentes, de tal forma que los niveles requeridos llegarán a ser del 75% para los vehículos ligeros en un plazo de cuatro años, del 70% para vehículos pesados en un plazo de 8 años y del 75%,70% y 65% para los componentes según su clasificación en esenciales, principales y complementarios, en un periodo de cuatro años.

Así mismo, la introducción del requisito del valor de contenido laboral condicionará a que la producción alcance un 40% de contenido laboral regional, que vincula que el valor del vehículo debe producirse en plantas con una fuerza de trabajo remunerada al menos con un salario medio de $16/hora. Las exigencias de contenido de valor laboral para vehículos ligeros empiezan en el 30%, para en 4 años alcanzar el 40 % del total. En el caso de vehículos industriales será del 45% y se aspira a que, en el 7º año de la entrada en vigor, ese porcentaje se sitúe en el 64%.

El sector mexicano de automoción estima que la industria se contraiga alrededor de un 25% en esta edición, aunque se considera que la aplicación del nuevo Acuerdo de Libre Comercio contribuirá a una cierta recuperación. 

Dada la relevancia de México para la industria española de proveedores de automoción y, ante el impacto del Acuerdo en las cadenas globales de suministro, nuestro sector deberá afrontar redefiniciones en sus estrategias de optimización de operaciones de diversificación y regionalización de su cadena de aprovisionamiento.

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