Artículo Deloitte. Incremento del coste salarial e IPC en el sector de la automoción: riesgos y soluciones
El sector de la automoción se encuentra en un profundo cambio de paradigma, acelerado exponencialmente por los efectos de la pandemia, la digitalización y el cambio climático. La movilidad del ser humano ha evolucionado a lo largo de los siglos y, muy probablemente, nos encontremos ante un nuevo punto de inflexión en la historia.
No podemos olvidar además que la automoción es uno de los sectores más sensibles a los ciclos económicos y que más ha sufrido los efectos de la contracción de la demanda. La incertidumbre en la situación económica, la inflación elevada y el precio del dinero al alza afectan de forma drástica en la decisión de compra de vehículos por los consumidores, que también se ven, en líneas generales, afectados por el incremento de la inflación.
Evolución del IPC y costes salariales
A esta preocupante situación se suma ahora que la evolución del IPC puede impactar en los costes de personal. Son muchas las voces que se han pronunciado en los últimos tiempos sobre el impacto que está teniendo la evolución del IPC en los salarios del personal en las diferentes industrias. Si bien es cierto que algunos convenios pactan los incrementos salariales vinculados a otros parámetros diferentes del IPC (como pueden ser los resultados o la productividad de la empresa) o que vinculan el incremento a un porcentaje fijo que asegure la variación del coste de la vida, lo cierto es que la mayor parte de los convenios aún utilizan fórmulas vinculadas a la variación del IPC. Centrándonos en el sector de la automoción, la mayoría de los convenios colectivos, ya sean de empresa o sectoriales de la provincia, indexan el incremento de salarios a la evolución del IPC.
Desde el año 2021, asistimos a un incremento exponencial del IPC, que no se esperaba en esas magnitudes cuando se negociaron los últimos convenios colectivos. Cuando en su día se pactaron en los convenios las cláusulas de garantía salarial, los negociadores no podían imaginar los valores que alcanzaría el IPC que, si bien ha descendido ligeramente en octubre de 2022 situándose en un 7,3%, ha alcanzado valores históricos en julio y agosto de 2022, superando el 10%. De esta forma, todos aquellos convenios que de alguna forma vinculan el incremento de salarios con el IPC van a ver un impacto directo sobre sus costes de personal.
Convenios colectivos y cláusulas de revisión salarial
En general, las cláusulas de revisión salarial se vinculan a la inflación anual, aunque algunos convenios se refieren al comportamiento de la inflación a un periodo plurianual, lo que es más conveniente en un escenario como el actual en el que las elevadas tasas de inflación podrían desacelerarse de forma apreciable durante los próximos años. Por otro lado, últimamente los convenios prevén cláusulas de salvaguarda con efectos para el año siguiente y, por tanto, sin efectos retroactivos, aunque otros muchos sí que contemplan que los ajustes salariales deban asimismo asociarse a los años pasados. Muchos convenios incorporan una cláusula de salvaguarda que contempla determinados topes o umbrales, de forma que no necesariamente la revisión salarial que se acuerda traslada de forma plena a los salarios la inflación observada, sino que esta traslación es parcial.
En lo que respecta al sector de automoción, los Convenios Colectivos del sector del Metal de Madrid, Barcelona, Valencia, Sevilla y Zaragoza, por ejemplo, establecen que en caso de que el IPC a una determinada fecha mostrara una variación al alza respecto a los incrementos salariales pactados en convenio, se efectuará una revisión salarial para el año siguiente por la diferencia entre IPC real y el incremento pactado, sin contemplar no obstante efectos retroactivos. Por su parte, el Convenio del Metal de Vizcaya, prevé sin embargo una subida igual al IPC más un porcentaje adicional. Otros Convenios del Metal, como el de Málaga, si bien vinculan las subidas salariales al incremento del IPC, establecen topes en los porcentajes de subida. Los menos, como el de Granada, fijan porcentajes fijos de subida, con independencia de cuál sea el incremento real del IPC. Finalmente, encontramos algún convenio de empresa, como el recién acordado en SEAT, que utiliza fórmulas más originales, estableciendo que parte de esa subida quede condicionada al resultado de la adjudicación de un proyecto concreto a una de sus fábricas.
Respecto de los convenios colectivos que se negocien en adelante, no cabe duda de que, en un escenario como el actual, las partes negociadoras deberán tratar de ligar las subidas salariales a otros parámetros diferentes del IPC, tales como el crecimiento del Producto Interior Bruto, el EBITDA alcanzado por la empresa o, por qué no, objetivos a conseguir por el trabajador, así como evitar que las actualizaciones tengan efectos retroactivos. Sin perjuicio de lo anterior, en la práctica son objeto de discusión los parámetros a los que ligar las subidas salariales en los convenios, existiendo discrepancias entre Patronal y Sindicatos al respecto y siendo precisamente este el motivo por el cual se ha frustrado la posibilidad de alcanzar un acuerdo en el esperado V Acuerdo para el Empleo y la Negociación Colectiva, que pretendía recoger un modelo de determinación salarial consensuado entre ambas partes, estableciendo las recomendaciones salariales y del resto de condiciones laborales a incluir en los convenios para el periodo 2022-2024.
Ante este escenario, las empresas deberán explorar vías para reducir dicho impacto: desde la compensación y absorción en caso de que el convenio colectivo lo permita (como medida para neutralizar los incrementos de salarios en caso de empleados que perciban un salario superior al de convenio y siempre que se cumplan los requisitos establecidos para ello), al descuelgue de convenio para inaplicar esas subidas salariales (procedimiento complejo que requiere el acuerdo con la parte social) o incluso la modificación sustancial colectiva de las condiciones de trabajo, en caso de salarios que superen los mínimos de convenio.
